En dicha época la mujer era muy pudorosa y conservadora, sin embargo se buscó resaltar su figura y delicadeza por medio de los corsés. Éstos consistían en estructuras de algodón o telas más gruesas con varillas me hierro que se ajustaban por lazos, solían ir debajo de la ropa acompañados por los corpiños que también eran estructuras de hierro para realzar la forma de vestido como campana.
A mediados del s. XVIII los corsés volvieron a ser el centro de la moda en tanto se hacía la transición hacia los famosos corsés victorianos. Contrario a las comunes concepciones acerca de los corsés victorianos, no todas las mujeres apretaban sus corsés al extremo y mucho menos a diario. Tampoco removían sus costillas quirúrgicamente, ni les provocaba tuberculosis, ni les dañaba la columna. Sin embargo, el continuo uso del corset extremadamente ajustado, les podía llegar a deformar la cavidad pulmonar, y provocar el desplazamiento de órganos. Las damas de la alta sociedad se reservaban el “tight lacing” para eventos formales tales como bailes o reuniones sociales. Y en estos momentos era cuando, si se excedían, les podría ocasionar desmayos (por la reducción de la caja torácica que privaba a los pulmones de recibir el aire necesario). (Violeta, 2010)
Sin duda alguna hasta nuestros días este accesorio ha sido modificado para la comodidad e incluso utilizado en el campo de la ortopedia para corregir errores lumbárgicos y de postura. También es latente en el ámbito de la moda para estilizar la silueta y hacer más atractiva a una prenda. En algunas culturas urbanas como los cybergoths, góticos y steampunks su uso es latente ya que su diseño, adaptaciones y fama viene de la era victoriana, aunque data en la época egipcia con el pasar de los años su “boom” fue durante la reina Victoria I.
Referencias
Violeta. (2010). El Corset. Obtenido el 25 de enero del 2013 de http://violetasblog.zxq.net/archivos/corse.pdf
Buenas Noches carolina te felicito abarca informacion muy buena e importante, continua asi
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