domingo, 16 de diciembre de 2012

Enfermedades comunes durante la época Victoriana

En  la época Victoriana, no existían condiciones sanitarias adecuadas, tanto en casas como en fábricas, especialmente en aquellas dedicadas a elaborar textiles, puesto  que la humedad y el polvo afectaban a la salud de sus trabajadores.
El promedio de vida de la época era de unos 40 años, la muerte de los adultos provenía de la tuberculosis, mientras que la de los niños era el sarampión, la viruela y el hambre. Los niños trabajadores de la industria textil podían además padecer tuberculosis a causa del polvo y la humedad, además de asma  o alergias, escoliosis o raquitismo. Una encuesta de la Asociación Británica de 1878 demuestra que los niños trabajadores tenían una media inferior a 12 centímetros que sus pares de los círculos aristocráticos y burgueses.  (Magazine, 2009)
Una de las enfermedades más graves que además era muy frecuente era la tuberculosis, causada por una bacteria denominada Mycobacterium tuberculosis. (NIH, MedlinePlus, 2010).
La tuberculosis se contrae al inhalar partículas de bacterias presentes en los estornudos o la tos de una persona que la padece, también, si el individuo padece desnutrición o si vive en condiciones precarias. La enfermedad ataca principalmente a los pulmones y sus síntomas son: tos con rastros de sangre, cansancio, fiebre, sudoración excesiva, pérdida de peso, dificultad al respirar y mucho dolor en el pecho.
Otro factor importante es que ésta se daba mucho en mujeres debido a razones estéticas por el uso del corsé, que al ser muy apretado producía hemorragias internas y afectaba a sus pulmones, desarrollándose así dicha dolencia.
Los médicos ingleses lograban detectar la presencia de la patología cuando el paciente presentaba:
  • Dedos hipocráticos en manos y pies (en personas con enfermedad avanzada)
  • Inflamación o sensibilidad de los ganglios linfáticos en el cuello u otras áreas
  • Líquido alrededor del pulmón (derrame pleural)
  • Ruidos respiratorios inusuales (crepitaciones)  (NIH, MedlinePlus, 2010)
Otro de los males que afectaba especialmente a los niños, era el sarampión y la viruela.  La primera se caracteriza por la presencia de  un virus que causa erupciones cutáneas y corpóreas de color rojizo, además, suele estar acompañada de tos seca, ojos irritados, fiebre y secreción nasal. No hay un tratamiento específico, sim embargo se logra contrarrestrar con globulina gamma proveniente del plasma sanguíneo, en forma de vacuna. Es importante que la persona contagiada guarde reposo y se hidrate bien.
 La viruela en tanto, es causada por un virus que al principio puede confundirse con el sarampión por las apariciones de manchas rojas en la piel, pero a diferencia del mismo éste causa fiebre que cesa entre los primeros días. Es una enfermedad contagiosa, que puede ser contraída por la inhalación de partículas provenientes de la tos y estornudos de la persona afectada. De igual manera es necesario que el enfermo repose y beba mucha agua, suele curarse con penisilina, pero para la época, este compuesto áun no existía, por lo que la gente moría en sus hogares al no tener tratamiento adecuado, además las enfermedades eran consideradas como un designio de Dios y dejaban el futuro del paciente en las manos de la deidad.
Finalmente se encuentran el raquitismo y el asma. Los niños que laboraban en las minas generalmente morían con raquitismo por falta de vitamina D, pues al permanecer muchas horas en la mina, no recibían los rayos ultravioletas del sol. Esto causaba que los pequeños crecieran con una mala calcificación de los huesos, que impedía que trabajen eficientemente y morían a temprana edad.

Los síntomas que caracterizaban a este problema de salud eran: caída del cabello, estrechamiento de los cartílagos, dolor de los huesos, sensibilidad al frío y decaimiento. (Jopasi, 2005)
Los servicios básicos de alcantarillado eran deficientes, las personas solían almacenar agua en recipientes de porcelana. La clase burguesa al tener más posibilidades económicas, disponían de bañeras y sistema sanitarios adecuados a su estilo de vida, mientras que las clases menos pudientes, se veían exentas de estos servicios. Debido a ello, muchas personas se contagiaban con facilidad, siendo los obreros, los más perjudicados, pues no contaban con equipo, ropa o materiales adecuados para realizar su trabajo. También eran explotados y fácilmente reemplazados por personas que venían del campo en busca de trabajo. También influía la escasa alimentación que tenían al recibir sueldos muy bajos, que apenas les alcanzaba para sobrevivir.  Generalmente, dejaban de lado sus propias necesidades, y se preocupaban exclusivamente por sus familias.  Por ello, su sistema inmune, permanecía bajo en defensas para combatir los virus,  y su salud se desgastaba más y más por el sobreesfuerzo que realizaban en largas jornadas laborales.












Referencias


Jopasi. (2005). Las Enfermedades. Quito, Ecuador.
Magazine. (s.f.). El Mundo. Obtenido el 15 de diciembre del 2012 de http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2005/322/1132765480.html
NIH. (2010). MedlinePlus. Obtenido el 15 de diciembre del 2012  de http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000077.htm




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